Nuestras visitas a enfermos están guiadas por el deseo de ser una presencia reconfortante en sus vidas. Cada encuentro es una oportunidad para escuchar sus historias, compartir momentos de oración y ofrecer palabras de aliento.

Durante nuestras visitas, nos dedicamos a cultivar un ambiente de confianza y empatía, fundamental para que los enfermos puedan expresarse sin reservas. Buscamos ofrecer un espacio donde puedan compartir sus pensamientos y sentimientos, encontrando así la paz y la comprensión que tanto necesitan en estos momentos difíciles. 

Nuestro deseo es que el enfermo experimente un encuentro auténtico con Cristo, lo que le proporcionará consuelo espiritual y apoyo emocional para enfrentar sus circunstancias con esperanza y fortaleza.